Añadido, y como colación de lo anterior, he descubierto en el Coaching una herramienta muy potente, y que a diferencia de las que conocía, es una herramienta que “dialoga en la forma en la que vamos a movernos hacia la solución”. Esa es mi mejor forma de entender en este tiempo lo que estoy viendo del Coaching y experimentando.
Es una técnica compleja, porque en cierto modo, tiene muchas formas de entenderla y aplicarla, tantas como personas que se dedican a esto. Porque siempre suele llevar un poco de esencia personal del Coach. Pero siempre, el objetivo es centrarte en que el cliente descubra su dialogo con el mismo y encuentre en el mismo soluciones. Que nosotros seamos la brújula que consulta y oriente el sentido, pero sea el siempre el que tiene que seguir caminando hacia el norte. Y todo, por medio de algo tan apasionante como el diálogo. Conversar para encontrar solución. Para dar la vuelta a la tortilla. Es gratificante cuando amas el trabajo con personas, cuando creces profesionalmente ayudando a personas a encontrar el rumbo, poder ayudarles por medio de dialogo. Indicarles que siempre se siente vértigo al empezar movimiento, pero que tiene que andar EL. Tu evolucionas con él, pero es él quien anda. Personalmente, he descubierto una herramienta que me está siendo ya muy útil en mi entorno profesional y personal. Porque cuando menos, al hacer coaching te recuerda que existen personas además de ti. El famoso Egoless que tan complicado nos resulta aplicar en los inicios, por nuestra condición de humanos “monosabios”, pero que tan útil es cuando quieres ayudar y aprender del movimiento que inician los clientes. Para mí, podría resumirlo en “Coaching= Dialogo de cómo movernos a la solución”. Porque no hay atajos. Solo hay destino a la solución para nuestros clientes.