
“ESTAR PRESENTE EN EL COACHING”
La competencia “Estar presente en el Coaching” de ICF dice textualmente: “habilidad para tener plena conciencia y presencia y crear relaciones espontáneas de coaching con el cliente, usando un estilo abierto, flexible y que demuestre seguridad y confianza”.
Esta habilidad de ICF nos habla de la necesidad de que el coach escuche al cliente a todos los niveles y no que exclusivamente escuche lo que dice, sino que también esté atento a:
- Cómo lo dice (palabras, tono de voz).
- Qué lenguaje corporal utiliza (expansivo, cerrado).
- Posibles disonancias (lo que se dice no es acompañado por el lenguaje corporal).
Para conseguir esta escucha, es necesario que el Coach esté presente en la sesión, como dice la competencia, a todos los niveles. Esto significa que el Coach utilice para escuchar al cliente todos los recursos a su disposición:
- Cognición/nivel lógico -> lenguaje.
- Nivel emocional y de sentimientos.
- Nivel físico -> sensaciones físicas.
El Coach debe utilizar todas estas entradas de información para percibir de forma holística (completa, de ‘360º’), es decir, de forma integral y completa, al cliente, de modo que se comprenda plenamente en el aquí y el ahora lo que el Cliente de verdad quiere transmitir y el Coach pueda disponer de toda la información necesaria para poder utilizar adecuadamente las herramientas y habilidades requeridas para un desarrollo satisfactorio del proceso de coaching. Para que este proceso de escucha holística se produzca, es necesaria la presencia del Coach, su plena consciencia en el aquí y el ahora de la sesión.
Un Coach que está plenamente presente en una sesión dará lugar a sesiones caracterizadas por la flexibilidad, la espontaneidad y la respuesta adecuada a cada intervención del cliente y por lo tanto a sus necesidades reales, y alejará al Coach de desarrollar una sesión rígida basada en un “guión” en lo que lo importante no es la escucha al Cliente y la presencia del Coach, sino el desarrollo de un programa pre-establecido de coaching.
Esta competencia de ICF se ve reflejada en la metodología “5+4=9” de la siguiente manera:
- Dentro de las herramientas del Coach en la metodología “5+4=9”, se encuentra la de la “Escucha Activa”. Como se ha discutido previamente, es requisito necesario para escuchar de forma integral al Cliente (para estar centrado en él), estar plenamente presente en el aquí y el ahora de la sesión y escuchar al Cliente a todos los niveles. La Escucha (y por tanto la Presencia) son necesarias para poder utilizar de manera exitosa el resto de herramientas básicas del Coach (pregunta, insight, feed), dado que si la información obtenida no es veraz, es sesgada, es completada por el ego del Coach, que no está plenamente centrado en el Cliente; cualquier paso que el Coach dé en el proceso de coaching no será relevante para el Cliente, no conducirá a la consecución de los verdaderos objetivos y necesidades del Cliente y, es más, puede minar la confianza del Cliente en el Coach al no sentirse escuchado/entendido/comprendido por su Coach.
- La presencia del Coach en el proceso de coaching y su capacidad de escucha integral están relacionadas, y son requisito previo, de las siguientes competencias del modelo “5+4=9”:
- Clarificar: mediante la presencia plena del Coach en la sesión, éste es capaz de detectar aquello que dice el Cliente que no tiene un significado claro, sino ambiguo, oscuro e incluso contrario a algo dicho anteriormente por el propio Cliente. Todo esto puede no ser consciente para el Cliente y mediante la presencia y la escucha, el Coach puede alumbrar este aspecto a mejorar por parte del Cliente.
- Confiar: un Coach presente, atento a todo lo que ocurre en la sesión de coaching y a lo que le ocurre al Cliente, que es capaz de sorprenderse por la acciones del Cliente y está atento a todos los detalles, genera confianza en el Cliente por su profesionalidad y dedicación, y permitirá que el Cliente, al encontrarse en un ambiente de seguridad y confianza, esté más abierto a compartir, a explorar y a experimentar todas las acciones deseables para que se desarrolle con éxito el proceso de coaching.
- Comunicar desde la plenitud: la presencia del Coach en la sesión y su capacidad de escucha activa le permitirán, al recibir toda la información que el Cliente transmite a nivel emocional, mental y corporal, expresar con claridad y precisión, haciendo devoluciones oportunas y significativas al Cliente. Una señalización certera del Coach basada en la información recibida y aprehendida de forma integral, permitirá al Cliente expandir su conciencia sobre el significado de lo dicho. Favorecerá el aprendizaje por parte del Cliente.
Finalmente, la presencia del Coach no se limita al tiempo que comparte con el Cliente durante las sesiones, sino que se expande a todo el proceso de coaching, desde el primer contacto (vía telefónica, correo electrónico) hasta la última sesión de seguimiento. Esto permite al Coach tener conciencia plena del lugar en el que se encuentra en todo momento el proceso y de los avances realizados por el Cliente para conseguir sus objetivos y el aprendizaje que ha realizado hasta el momento. La presencia del Coach en todo el proceso le permite ser flexible con el mismo, adaptándolo a las necesidades reales del Cliente y le evita seguir un patrón rígido basado en un guión.
- Aceptar: la escucha el Cliente debe realizarse desde la aceptación y el compromiso con el cliente, sus necesidades y objetivos, aceptando su situación actual y su persona en general.