
AUTO-COMPRENSIÓN Y AUTO-CONOCIMIENTO: “Demostrar conciencia de los propios valores, creencias y comportamientos. Reconocer como estos afectan su práctica y utilizar esta conciencia de sí mismo para manejar su eficacia en el cumplimiento de los objetivos del cliente, y en su caso, del patrocinador”.
Aceptar:
Para poder ser incondicionales con nuestros clientes, debemos ser conscientes de nuestros propios valores y creencias. No debemos trabajar desde nuestro mapa de valores y creencias, sino desde el de nuestros clientes.
Impulsar:
Un mayor auto-conocimiento nuestro, facilitará posicionarnos en el cliente durante el proceso de coaching. (Egoless).
Clarificar:
Para poder ayudar a nuestro cliente a clarificar las situaciones, debemos ayudarlos a descubrir sus creencias y ayudarle a realizar distinciones. Para poder realizarlo de forma correcta debemos evitar transferencias de nuestras propias creencias. Podremos controlar estas transferencias teniendo un buen auto-conocimiento y auto-comprensión de nosotros mismos.
Contextualizar:
Para poder ayudar a nuestros clientes a generar visión y contextualizar para poder trabajar en su desarrollo, tenemos que diferenciar claramente cuál es la visión de nuestros clientes y cuál es nuestra propia visión.
En un segundo nivel, valoramos que esta primera competencia de AECOP también tiene relación con el resto de competencias de ICP, pudiendo resumirlo en la siguiente frase:
“Para poder ser fan de nuestros clientes durante el proceso de coaching y provocarles hacía la acción, tenemos que guiar las sesiones desde nuestra propia autenticidad y plenitud para potenciarlo también en nuestros clientes. Fomentar las vivencias en el aquí y ahora de nuestros clientes”.
Si nos enfocamos en las FASES DEL PROCESO DE COACHING y en los PASOS que tenemos que seguir en las sesiones de coaching, seguimos encontrando la relación directa de la competencia que hemos elegido de AECOP.
Para poder ayudar a los clientes a establecer las metas en el proceso de trabajo en las sesiones de coaching, debemos dejar fuera de las conversaciones de coaching nuestras propias metas u objetivos.
Igualmente para facilitar que nuestros clientes puedan definir la situación de la que parten para trabajar en las sesiones de coaching y hacía donde quieren enfocar su crecimiento, debemos evitar proyectar nuestra propia visión sobre las situaciones que nos trasladan nuestros clientes y nuestras expectativas durante el proceso de coaching.
Con este enfoque de diferenciar nuestra visión de la visión de nuestros clientes, las opciones y compromisos que ayudemos a generar en nuestros clientes no se verán afectados por interferencias.
Finalmente, si revisamos las herramientas del proceso de coaching de ICP (escucha, sincronía, pregunta y feed), que usaremos a lo largo del proceso de trabajo con nuestros clientes, las podemos potenciar o sesgar en función de nuestro propio grado de auto-comprensión y auto-conocimiento como COACH.