modelo cognitivo-conductual: “Los pensamientos, nuestra caja negra”

Por: I. Arjona

modelo cognitivo-conductual: “Los pensamientos, nuestra caja negra”

 

Me gustaría comenzar el trabajo citando la frase de Albert Ellis:

No son los hechos, sino lo que pensamos sobre los hechos, lo que nos perturba”.

 

En cuanto a la estructura del documento, he optado por plasmar algunos aspectos característicos haciendo una reflexión personal sobre los mismos.

 

Trabajar a través de pensamientos negativos que son los que provocan sufrimiento, dolor, bloqueo, con el objetivo de cambiar dichos pensamientos por otros que sean más útiles en el momento presente para alcanzar los objetivos fijados. En mi opinión, aprender a gestionar nuestros pensamientos negativos resulta de gran trascendencia y sobre todo, utilidad, teniendo en cuenta que según fuentes consultadas, tenemos del orden de 60.000 pensamientos al día y el 90% son negativos. Frente a este dato en principio demoledor, también hay que señalar que los pensamientos positivos son más potentes en cuanto al impacto que provocan en nosotros.

 

Posibilidad de trabajar en la superficie utilizando como herramienta el lenguaje verbal según un modelo de trabajo UP-DOWN. Si bien es cierto que hay que saber detectar los pensamientos automáticos negativos (con la dificultad que ello conlleva) así como aprender a discutirlos y buscar pensamientos alternativos potenciadores, el uso del lenguaje pienso que es un factor facilitador. Asimismo, el trabajar en superficie (UP) también ayuda ya que manejamos lo concreto y nuestro cliente no presenta tanta “resistencia natural” a la que puede llegar a manifestar cuando descendemos hacia niveles más profundos. No obstante, no queda cerrada la posibilidad de bajar (DOWN) y explorar con mayor profundidad supuestos condicionales e incluso llegar hasta las creencias nucleares, si el trabajo con dichos pensamientos negativos resulta insuficiente.

 

Una vez identificadas las emociones y conductas así como los pensamientos que subyacen ante un determinado hecho/acontecimiento, se pasa a la siguiente fase de discusión. A través del análisis y del cuestionamiento de estos pensamientos automáticos negativos, creo que se favorece que el cliente tome consciencia de disfunciones cognitivas, esto es, se favorece el insight. En mi opinión, esta herramienta es muy potente y la base de un cambio sólido y duradero en la forma de pensar, de percibir los hechos y por lo tanto en la conducta que adoptamos. Hasta que no se produce en nosotros un insight, los posibles cambios que adoptemos serán más “postizos”, “débiles” y por lo tanto muy probablemente “fugaces”.

 

Generando nuevos pensamientos se generarán nuevas emociones y conductas, abriéndose con ello nuevos escenarios, nuevas vivencias. Me gusta pensar que nuestras creencias limitantes pueden cambiar, aunque sea de manera lenta y quizás no por completo.

 

En última instancia, me gustaría señalar que me parece un método muy estructurado:

 

  • Fases muy claras para abordar la sesión de coaching
  • Identificación de distorsiones cognitivas que nos ayudan a detectar pensamientos negativos automáticos y por lo tanto, a hacer “señalamientos” al cliente
  • Identificación de creencias limitantes “básicas/universales” y de sus correspondientes creencias potenciadoras.
  • Técnica de las “cuatro preguntas”(Beck, 1985) para afrontar la fase de discusión
  • Técnica de la flecha descendente para bajar hasta las creencias nucleares.

 

Inmaculada Arjonainmaculada-arjona

Coach Ejecutiva Profesional

 

 

 

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