El miedo es una emoción que tenemos todos las personas en un momento dado ante una situación de peligro, algún miedo puede ser generalizado en las personas y otros dependerán de la propia persona. Ambas emociones son positivas aunque las veamos con la connotación negativa ya que nos protege al estar en continua alerta.
Para superar o gestionar el miedo podemos proponernos pensar de otra manera, ser conscientes en cómo vivimos la emoción del miedo, pensar en positivo en vez de negativo, será una forma de superación o de reto personal.
Nos tenemos que detener a razonar con qué cosas o situaciones tenemos la emoción del miedo, a lo largo del día en cuántas ocasiones tenemos dicha emoción y de todas esas situaciones extraer conscientemente cuando sentimos miedo de verdad justificadamente, de cuando nos dejamos llevar de emociones negativas que no contralamos y así intentaremos llegar al origen de ese miedo. De esta forma nos daremos cuenta que el miedo no es racional, a veces el miedo nos lo contagian las personas que nos rodean. El miedo nos ayuda a equivocarnos en determinadas ocasiones lo que nos aporta experiencia y aprendemos de nuestros propios errores, porque en la mayoría de las ocasiones actuamos de forma incorrecta por los bloqueos.
El miedo generalizado gira entorno a perder la vida, a perder cualquier cosa que nos interesa de verdad, ante la reacción de una represalia, fracasos, etc, podemos gestionarlo o canalizarlo en función a los valores que tengamos cada uno, a la prioridad que demos a esos valores, lo mejor para gestionarlo es reconocer a que se tiene miedo, a aceptarlo y compartir ese miedo, enfrentándose a él regulándolo y llevando una actitud positiva que tendrá como desencadenante actuar racionalmente.
Con el miedo hay que aprender a fluir porque nos ayuda a ser más prudentes, pero nunca debemos dejar que nos manipule o paralice y sobre todo ante cosas que no son peligrosas, puede ayudarnos a compartir nuestra experiencia del miedo con otra/s personas, nos puede aportar aparte de la experiencia con otras personas, en muchas ocasiones podremos adaptar las acciones de los otros a nuestras situaciones y así ganaremos en seguridad en todos los aspectos de la vida.
Las preguntas que nos pueden ayudar en una sesión de coaching ante el miedo pueden ser las siguientes;
¿Cuántas veces a lo largo del día/ semana has sentido miedo?
¿En qué situaciones se producen?
¿Cómo te sientes?
¿Qué consecuencias te ha ocasionado el tener miedo?
¿Cómo sería tu vida o un día en el cual no tuvieses miedo?
¿Qué quieres hacer con tu miedo?
¿Cómo te quieres sentir?
¿Cuándo lo vas a gestionar? ¿Y si no funciona que harás?
La solución de gestionar la emoción de miedo depende de cada uno, está en saber lo que realmente queremos y necesitamos y con el estímulo de acción y reacción seremos más felices de gestionar nuestras emociones y sentimientos para seguir creciendo y desarrollándonos como individuos tanto profesionalmente como personalmente.
Verónica Arranz Cabañas
AMV Hispañia