Todo coach sabe que su coaching está funcionando realmente cuando sus clientes continúan regresando a por más; éstos dicen que es útil y experimentan cambios a nivel interno.
El reto está en cómo medir el valor del coaching. En relaciones de tú a tú esto puede ser menos importante que cuando una organización corporativa corre con los gastos. El objetivo de toda sociedad corporativa es aumentar el valor para el accionista; crear beneficio. Todo lo que ocurre en estas sociedades está enfocado únicamente a ese objetivo. Por lo tanto, si estamos realizando sesiones de coaching con gente dentro de una organización corporativa, llegados a un punto, se va a esperar de nosotros que demostremos el valor real del coaching. La buena noticia es que HAY maneras de hacerlo.
- Enlaza objetivos del cliente a estrategias corporativas
- Intenta llevar al cliente a fijar objetivos inteligentes y céntrate en cómo esos objetivos cambiarán la organización (así como al cliente).
- Identifica observadores internos que sepan cuales son los objetivos, y puedan hacer comentarios sobre las mejoras.
- Lleva a cabo algún tipo de medición antes y después del proceso. Usa una escala, como por ejemplo la escala de tipo Likert para medir el cambio.
- Atribuye un valor monetario al cambio.
¿Cómo medís vosotros el valor del coaching?