“¡MALDITAS CREENCIAS LIMITANTES!”

Diego Yepes

“Esta crisis va a acabar con todas las empresas por la falta de liquidez”: si vendes mucho los impagados te hunden; si vendes poco no puedes pagar a tus proveedores ni hacer frente a tus compromisos. En definitiva, hasta que el mercado no reactive la demanda y los bancos den créditos no saldremos de ella”
1. Un pequeño marco conceptual.-

¡Cuánto daño puede hacerte una creencia que te impide resolver una situación tal como objetivamente necesitas! Sin embargo, primero hay que percibir la necesidad a satisfacer –eso es relativamente fácil de concretar- y a continuación tomar conciencia -insight- del tipo de pensamiento, una creencia en este caso, que te impide tomar las decisiones oportunas para alcanzar lo que necesitas. Pero para poner en marcha este instante de conciencia hace falta un “hecho activador” (Ellis) o “mecanismo desencadenante” (Psicología Dinámica) que favorezca el impacto y genere decisión, plan y acción de cambio, y no obstante también hay que contar con que entre la toma de conciencia de lo que me limita, y la decisión de cambio es más que probable que se despierte en mí una “resistencia al cambio”, comportamiento de pereza a salir de la zona de confort (“ansiedad neutral sin riesgo”: Alasdair A. K. White ) que me es tan familiar y controlada, e inspirado por mecanismos de defensa (S.Freud) como respuesta a la angustia que despierta en mí la incertidumbre del cambio, en ocasiones tan intolerable por mi yo –froidiano-, que prefiero renunciar a la satisfacción de las excelencias supuestas. Dicho de otro modo: Me resulta tan molesto asumir que mi empresa no funciona por mis erróneas decisiones, lo que vivo como mi fracaso ante los demás, que prefiero culpar a la retracción del mercado y la falta de apoyo crediticio de la banca.

2. Por qué esta creencia es irracional.-

Es una creencia irracional porque la solución del problema se deposita fuera del propio control, depositándolo en lreactivación del mercado y la oferta de los bancos (LOCUS DE CONTROL EXTERNO).

Con ello se niega explícitamente cualquier posibilidad de acción profesional, organizacional o económica que permita a las empresas sustraerse a la presión de la crisis y, por tanto, sobrevivir por sus propios medios. Pero esto no es del todo así, pues son muchas las empresas que siguen manteniendo su actividad, incluso creciendo en su facturación y plantilla de personal con recursos económicos propios –sector multiprecio-, y bastantes otras que logran financiación –ICO- suficiente para continuar desarrollando su actividad.
Por otra parte sabemos que la falta de liquidez económica, aun siendo determinante, no es la única razón ni la más importante por la que una empresa funciona o no. Es el adecuado equilibrio entre todos los elementos intervinientes en un negocio lo que ofrece resultados de mantenimiento y, desde luego, del necesario pero no suficiente crecimiento aun estrictamente vegetativo. Me refiero a factores como las políticas financieras y de inversiones, de innovación y personal, de control de costes, ventas y producción, de distribución de producto y compras, etc. Y como resumen de todo, a si el producto o servicio que se presta responde a las necesidades de los consumidores y, en definitiva, en la capacidad de adaptación de la empresa a las nuevas circunstancias del mercado.

3. Alternativas racionales.-
a) Emprender iniciativas orientadas al mercado: se trata de conocer las condiciones del mercado y adaptarse a las características de su demanda, porque las necesidades siguen existiendo, aunque ha variado su manera de satisfacción. Por ejemplo: la necesidad de comer es invariable, pero gran parte de la población dispone de escasos recursos económicos y sólo puede adquirir productos de coste bajo, en tanto que sigue habiendo consumidores que pueden pagar precios altos. Un restaurante deberá concretar cuál es su público objetivo –target- y adaptar su estructura y estrategia de negocio al mismo, ya sea de menú diario o de carta tipo El Bulli.
b) Adoptar medidas de reducción de costes (consumos prescindibles y gastos suntuarios –vehículos innecesarios, viajes o comidas de negocios, etc.; concentración/dispersión –delegaciones/redes de venta, centros de producción/distribución, etc.- reorganización de procesos, reajuste de plantilla, etc.)
c) Invertir en innovación de productos y servicios, incorporar nuevas tecnologías y emplear los canales de información actuales, tipo redes sociales, etc..
d) Cómo no, contratar profesionales de nivel, y especialmente los servicios de un Coach que facilite la reorientación del negocio potenciando al máximo el talento del empresario hacia nuevos horizontes de éxito.

Diego Yepes Fernández, ONLY MANAGER, en Murcia a 30 de marzo de 2014.


  Diego Yepes
  EXECUTIVE COACH

 

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