Cuando tenía seis, detrás de cada número me hacían ver manzanas o peras, que además ¡nunca me dejaban mezclar! ¡Qué ingenuos los profes!, como si un pastel solo estuviera rico con un sólo ingrediente…..
Afortunadamente no me deje engañar por este juego y seguía escuchando a mis insaciables ganas de aprender y entender,
que me llevaron hacia la aventura de Coaching ejecutivo y corporativo en ICP y su innovador método 5+4=9.
Aquí detrás de cada número se abría de repente un mundo lleno de sabiduría, algunas veces inexplorado hasta entonces, que conjuntamente hacía el mejor pastel que podía haber probado nunca. Además, dependiendo si quisiera ofrecer algo salado o dulce, el sabor cambiaba como por arte de la magia.
Puedo elegir que ingrediente acentuar, cual batir hasta llegar a punto de nieve, y cual dejar momentáneamente al lado o poner al final con mucho arte, como si de una cereza en la tarta se tratara. También elijo los pasos y por supuesto mis abrelatas y batidoras de turno….
Aunque este método es una guía de saciar el hambre en el mundo que los expertos inventaron para ponérnosla en bandejita, cada uno de nosotros, cada uno aportando su propia experiencia y arte particular, obtiene así un pastel mágico, que puede ofrecer a cualquiera que lo quiera degustar y así descubrir y hacerse propio un mundo de sabores únicos y desconocidos…y eso lo hace extraordinario.