
Profundizando en las Emociones “Positivas”.
Cuanto más ahondemos en el conocimiento y gestión de nuestras emociones mejor será la calidad de nuestra vida y la de las personas de nuestro entorno. Las emociones son contagiosas por tanto hemos de realizar un trabajo exquisito en su gestión en nuestra interacción con otros compañeros, especialmente cuando jugamos roles en posiciones de liderazgo, porque es entonces, cuando nuestras emociones son más virales.
“¡Por favor, sé responsable de la energía que traes a este espacio!”, es una de las frases que más me gusta de Oprah Winfrey, ella siempre hace hincapié en que la responsabilidad de sentir lo que sentimos es nuestra y no debemos responsabilizar a otros por ello. La gestión de las emociones está relacionada con la aceptación y el entendimiento de las mismas, ser emocional es un regalo, las emociones nos dan muchísima información y son un indicador clave cuyo análisis contribuye a nuestra evolución personal y al florecimiento de nuestros equipos.
Según numerosos estudios, los ambientes laborales de mayor éxito se caracterizan porque tienen un número bastante mayor de interacciones positivas que de negativas en su día a día. En concreto, se habla de al menos un radio de tres emociones positivas frente a una negativa para conseguir un ambiente sostenible y neutral. Menos de 3 interacciones positivas frente a una negativa significa que el equipo está en peligro en términos de cohesión y eficiencia.
Biológicamente hablando arrastramos un carga genética enfocada a la supervivencia y por tanto y por defecto, vamos a dar más valor a las emociones negativas puesto que son las que nos avisan de peligros a los cuales debemos sobrevivir, sean o no reales. El peso específico de las emociones negativas es mucho mayor que el de las positivas y por tanto necesitamos muchas más interacciones positivas para alcanzar un balance neutral a lo largo del día.
Los momentos “positivos” en nuestros equipos pueden pasar desapercibidos y visto lo importantes que son y cuánto los necesitamos, no estaría de más ahondar en ellos, potenciarlos y recrearnos en las emociones positivas que generan
Según la psicología positiva, podemos clasificar la emociones positivas en 10 grupos básicos: alegría, gratitud, serenidad, interés, esperanza, orgullo, diversión, inspiración, admiración y amor. Para mejorar el radio de emociones positivas frente a positivas, conviene realizar un pequeño ejercicio de análisis con cada una de las emociones de la lista, una a una. Se trata de responder a las siguientes preguntas para cada una de las 10 emociones positivas básicas: ¿qué situaciones ha generado esa emoción en el pasado?, ¿qué la genera en el día al día? y ¿qué nuevos posibles escenarios podrían generala?.
Con el fin de construir y fomentar equipos de alto rendimiento, resilientes, cohesionados y capaces de crecerse frente a dificultades, hagamos todo lo posible por tratar de medir y mantener el radio de interacciones positivas frente a negativas lo más alto posible.