
Las Emociones y las Inversiones
La combinación de tres disciplinas: la economía, la psicología y la neurociencia, ha mejorado la compresión sobre la forma en que un inversor toma sus decisiones de inversión. De hecho hay una rama de la neurociencia, dedicada a las “finanzas conductuales” (behavioral finance), denominada neurofinanzas,
La teoría financiera clásica proponía que los inversores actúan siempre racionalmente. Sin embargo el punto de partida de las finanzas conductuales es la observación de que los inversores no siempre son racionales en la práctica.
Kahneman, recibió el premio Nobel de Economía 2002 por su trabajo pionero en psicología sobre el modelo racional de la toma de decisiones.
Richard Thaler fue galardonado con el Premio Nobel de Economía 2017 por sus investigaciones sobre “economía del comportamiento”, “economía conductual” (behavioral economics).
Los economistas están en general de acuerdo en la actualidad en que los inversores únicamente tienen una racionalidad limitada, puesto que la capacidad de los inversores para ser racionales está acotada por la información que tienen a su disposición, la capacidad cognitiva de sus mentes para tomar una decisión (y la complejidad de la decisión a tomar) y el tiempo del que disponen para tomarla.
Se han realizado diversos estudios sobre la forma en que nuestra toma de decisiones se relaciona con los diferentes procesos emocionales. Podemos afirmar que como mínimo hay cuatro emociones están presentes en la toma de decisiones de inversión: miedo, avaricia, arrepentimiento y decepción.
Miedo
Es la emoción que sentimos cuando estando invertidos (con una posición abierta), salimos precipitadamente de una posición en beneficios; o bien cuando estando invertidos en una posición con perdidas no cerramos la posición. No en vano ha una máxima bursátil que viene a decir que para invertir con éxito hay que “Cortar las pérdidas y dejar correr los beneficios”.
¿Siguen la mayoría de los inversores no profesionales esta máxima?, el porcentaje de cuentas de valores de nueva apertura que entra en pedidas es muy elevado. De hecho hay normativa comunitaria en concreto la Directiva MiFID II está inspirada en las premisas de la seguridad, la eficacia y la transparencia de los mercados en aras de la mayor proyección de los inversores.
Avaricia
Es la emoción que sentimos cuando invertimos y asumimos riesgos excesivo, sin tener en cuenta cuanto tiene que revalorizarse mi capital para compensar una pérdida (la pérdida porcentual y la recuperación porcentual equivalente que necesito para compensar dicha pérdida).
En la tabla adjunta podemos verlo. Para compensar una pérdida en una inversión del 50% necesito hacer otra inversión con un beneficio del 100%, si la perdida es del 60% necesitaré un 150%,…
Arrepentimiento
El arrepentimiento es la emoción que sentimos cuando comparamos lo que hemos conseguido con lo que podríamos haber conseguido. Ejemplo: he ganado 5000.-€ invirtiendo en acciones de la compañía X pero si hubiera invertido la misma cantidad en la compañía Y hubiera ganado 7500.-€.
El neurobiólogo Antonio Damasio ha investigado sobre la forma en que nuestra toma de decisiones esta condicionada por las emociones. Descubrió que únicamente el arrepentimiento generaba una actividad significativa en el córtex orbitofrontal, y que la cantidad de actividad neuronal asociada al arrepentimiento depende de la diferencia entre las ganancias obtenidas y las no conseguidas.
Volviendo al ejemplo anterior, si invertimos en acciones de la compañía X en vez de en acciones de la compañía Y, y compañía y sube más, experimentaremos una sensación de arrepentimiento que irá en proporción a las ganancias adicionales que la otra alternativa haya generado. Y que la intensidad de ese arrepentimiento es proporcional al beneficio que “podríamos haber obtenido”, algo absolutamente irracional.
Dado que la emoción de arrepentimiento esta presente en la naturaleza humana, el arrepentimiento puede llevarnos a deshacer una posición ya abierta en un determinado activo X , e invertir en otro que durante el mismo tiempo que ha durado la inversión en X se ha comportado mejor y cambiar al activo Y. Todo ello preso de la emoción de arrepentimiento, ignorando cualquier otro tipo de análisis. Una decisión completamente irracional.
Decepción
Es la emoción que sentimos cuando no estamos satisfechos con los rendimientos obtenidos por la inversión en un determinado activo, sin saber en realidad qué hubiera pasado por invertir en otro.
Damasio descubrió que la actividad cerebral era diferente entre el arrepentimiento y la decepción. Los sentimientos de arrepentimiento suelen ser más duraderos.
Dado que el objetivo de invertir es obtener una buena rentabilidad. La idea de cambiar de activo cada vez que una opción alternativa comienza a generar mejores resultados, víctima de las emociones de decepción y arrepentimiento, es el camino seguro para que un inversor obtenga perdidas.
Como dijo Warren Buffet, “el éxito en la inversión no guarda correlación con el coeficiente intelectual; cuando se tiene una inteligencia normal, lo que se necesita es temperamento para controlar las ansias que meten a los demás en problemas”.
Podemos concluir afirmando que para invertir con éxito hay que identificar y dominar nuestras emociones. Y estoy absolutamente convencido que un proceso de Coach adecuado, puede ser la clave para invertir con éxito.