En el conjunto de las distinciones que podemos encontrarnos en un proceso de coaching, ‘estar siendo vs. ser’ es una de las más comunes. ‘Ser’ frente a ‘estar siendo’ ancla al sujeto y le impide avanzar. Establece la creencia de que determinadas variables son perennes, y por lo tanto nos limitan, que las cosas son ASÍ, y no pueden cambiar, que el cliente no es dueño de su destino.
En los procesos de coaching es habitual que el cliente utilice expresiones del tipo: ‘es que yo soy así’ fijando sin posibilidad de evolución una estructura de pensamientos y conductas que le condenan a no progresar, a no generar nuevos hábitos y comportamientos.
Por ejemplo si estuviéramos trabajando la capacidad de liderazgo de un sujeto, tratando que sea más participativa, no sería extraño que arguyera que él es así que la manera que tiene de relacionarse con sus subordinados es esa, porque forma parte de él, es consustancial a su persona y no es modificable porque no es temporal.
Como siempre, deberíamos utilizar la pregunta para ayudar al cliente en este proceso. Buscando situaciones en las que no se haya comportado de una manera autoritaria y que evidencien que nuestras conductas tienen un registro en el cual nos podemos mover: por ejemplo con sus actuales subordinados, demostrando así que es capaz de tener otro tipo de conductas. También podríamos inquirir si en todas las relaciones de su vida es igual, por ejemplo: con su familia, con su grupo de amigos, con colegas del trabajo, buscando situaciones que muestren que la conducta es amplia y tiene muchos matices, que somos capaces de interpretar.
Si aún así la respuesta fuera negativa y no encontráramos conductas que apoyaran esta premisa, podríamos rastrear conductas sencillas que no siendo abiertamente las buscadas estén muy cerca. Por ejemplo, en el caso de un liderazgo más participativo, podríamos buscar si alguna vez he escuchado la opinión de un subordinado, si alguna vez le he dado la razón, si en alguna ocasión he delegado puntualmente alguna tarea por sencilla que pueda. Llegados a estas conductas podríamos mostrar al cliente que un pequeño paso es el inicio de una maratón y que por lo tanto si somos capaces de generar estas conductas es evidente que nuestro comportamiento no es nosotros mismos, sino simplemente un estado temporal modificable.