Las reuniones de trabajo sirven sobre todo para comunicar información, promueven la creatividad, además de la colaboración y el compartir diferentes puntos de vista entre los participantes. El refrán japonés
“Ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros juntos” resume muy bien el poder de la unidad…….. Hasta que en ocasiones puede surgir tanta unidad que se pierde el individuo.
Reuniones por reunirse, tertulias sin fin, las que roban el tiempo para realizar las responsabilidades principales de los colaboradores y managers. Por esa falta de tiempo real cada vez más se viene a estas reuniones sin preparar la materia a tratar, la calidad de reuniones y el fin principal se desvanece sin darnos cuenta….
Los directivos y colaboradores optan muchas veces por llevarse el ordenador a punto de encuentro con el fin de aprovechar las pérdidas de tiempo, para ser más productivos….aunque ¿estarán también contribuyendo al plato principal “la pescadilla que se muerde la cola”?
Al final los tertulianos, que acaban siendo siempre los mismos, ¿siguen teniendo esa conexión con el negocio y con sus equipos? ¿Se consigue de esta manera ser competente y dinámico, tal y como nos lo exige el mercado de hoy en día? ¿Realmente se gana en creatividad, o ese grupo selecto se adapta y acomoda a si mismo que no se ve más allá de la taza de café, que en la reunión por supuesto nunca falta?