Cuantas veces mencionas una palabra y te paras a pensar en como suena o en si en vez de significar lo que significa, podría significar otra cosa. Para mi el “problema” cobra mayor importancia cuando se juntan dos palabras buscando un significado coherente.
Tras recurrir al diccionario de la RAE, buscando el significado de la palabra recurso, aparecen hasta ocho acepciones diferentes de las cuales en una sola se hace mención al humano.
Términos como acción y efecto, medio de cualquier clase, vuelta o retorno, memorial o solicitud, en un juicio o procedimiento, acción…, bienes, medios, y así hasta llegar a la séptima acepción en la que por fin aparece la palabra humano, eso sí, al final de la exposición: “Conjunto de elementos disponibles para resolver una necesidad o llevar a cabo una empresa. Recursos naturales, hidráulicos, forestales, económicos, humanos”. El ser humano situado a la altura de términos como naturales, hidráulicos, forestales y por supuesto, como podía faltar, económicos, impresionante o sencillamente ridículo.
Por supuesto en la octava acepción desaparece el factor humano para aparecer términos, incluso más extraños que los anteriores: Expedientes y arbitrios, tremendo, verdad?
Nunca he entendido por qué el departamento de Recursos Humanos de cualquier organización se llama así, y mucho menos la cursilería de las siglas RR.HH. Esto ya es el colmo de la ridiculez colectiva. Que el ser humano es borreguil es algo que tengo muy claro, pero quiero creer que algún día aparecerá un Directivo o Ejecutivo con dos dedos de frente y hará un favor a la humanidad, cambiar el nombre del departamento de recursos humanos por otro más humano.