Me gustaría exponer dos creencias sobre el Desarrollo Profesional que creo son limitantes.
Una creencia que parece estar generalizada en el mundo empresarial es el curioso significado que se da a la palabra “Desarrollo Profesional”…
Cuando los profesionales demandan a sus jefes, o a RRHH, más desarrollo profesional, en realidad lo que suelen querer decir es que quieren una subida salarial, una promoción “formal”, un cargo, una subida de “status” en la organización….
Esta creencia me parece limitante, porque sitúa la responsabilidad del resultado y la acción en el otro; es el otro (la empresa, el jefe…) quien tiene que “conceder” el desarrollo profesional, sin que el propio individuo tenga parte activa en el asunto. Además, me parece que es un concepto erróneo; en mi opinión, el Desarrollo Profesional es el proceso que lleva a la mejora de las capacidades, habilidades y competencias del profesional; las subidas salariales y las promociones o cargos son resultados potencialmente posibles de llevar a cabo dicho proceso. El Desarrollo Profesional se consigue potenciando las fortalezas y siguiendo estrategias para mejorar aquellos aspectos menos fuertes del perfil del profesional; y eso es algo que sí está más en las manos y el control del propio profesional.
Lo que nos lleva a la segunda creencia que creo limitante: “Desarrollo Profesional significa Formación”; muchos profesionales (del nivel jerárquico que sean, directivos incluidos), que sí desean potenciar su Desarrollo Profesional (entendido como proceso de mejora de sus competencias profesionales), piensan que sólo se consigue a través de la Formación. Y claro, en los tiempos que corren, de presupuestos “limitados”, eso significa que hay que posponer el Desarrollo Profesional para otro momento …. ¿o no? Afortunadamente, hay muchas otras formas de aprender y desarrollarse; y en tiempos de presupuestos limitados, hay que recurrir a la imaginación y la creatividad. “Sentarse junto al que sabe” de una determinada cosa, tratar de meterse en un proyecto complicado para aprender otras competencias, hablar con personas de diferentes departamentos, practicar habilidades (presentarse voluntario para hacer presentaciones en público dentro del propio departamento, para practicar….), enseñar a otros lo que uno ya sabe…. todo eso son cosas que hacen que las competencias profesionales mejoren, potencian el Desarrollo Profesional y no impactan en los presupuestos de Formación. No digo que sustituyan a la Formación; pero pueden complementarla, o conseguir seguir avanzando por un camino que de otra manera no continuaría. Se trata de pensar qué necesito mejorar… y cómo puedo hacerlo. Es complicado, no lo discuto, pero, en mi opinión, a la larga merece la pena.