“Ya he tocado techo, no puedo progresar más. Dentro de este equipo de trabajo no puedo progresar; por mucho que haga, no me tendrán en cuenta”
“Es necesario tener un buen trabajo para que te respeten; No encontraré un trabajo mejor /
Si me despiden, no volveré a encontrar trabajo”
“Este trabajo es muy difícil, mejor lo evito. Mejor no llamo la atención en el trabajo, así me dejarán en paz. Este trabajo es una “porquería”. Esperaré a tener el trabajo perfecto.”
“Diciendo que el trabajo que hago es muy duro, me tendrán en mejor estima y como mejor profesional; Yendo el último del trabajo pensarán que soy el que más trabaja y el más profesional.”
“La empresa no cambiará nunca. Los que promocionan son los “pelotas”; Los que pisan a los demás son los que tienen éxito laboral.”
Estas creencias, de forma general impiden el crecimiento profesional y la apertura de nuevas oportunidades de desarrollo profesional, dentro y fuera de la empresa a la que se pertenezca.
Son limitantes porque bajo ellas están pensamientos tipo “o blanco o negro; o todo o nada; siempre o nunca”.
Están basadas en suposiciones, no hechos demostrados. Ponen la responsabilidad siempre en el otro, en algo exterior o que se escapa a la razón. Son los demás los que deben hacer las cosas. Siempre hay un culpable externo.
Tienden a maximizar negativamente y a no tener capacidad de frustración ni de autocritica.
Estas creencias impiden la capacidad de aprendizaje, la flexibilidad, polivalencia, adaptabilidad, capacidad de análisis y resolutiva, el manejo de equipos de trabajo,la iniciativa, observación estratégica, la actitud emprendedora y comunicativa en el mundo laboral