
LA SUERTE NO ES UN DON DIVINO
Todos hemos pensado alguna vez sobre alguien: ¡qué suerte tiene!, pensando que la suerte es una cualidad que la naturaleza reparte aleatoriamente entre unos pocos privilegiados.
¿Cuántas veces hemos analizado con profundidad por qué algunas personas parecen tener suerte? Les invito a hacerlo y espero que abran la ventana de una habitación sin ventilar que se llama: “Creencias Limitantes” y que son todos aquellos pensamientos que nos impiden la acción sin haber intentado siquiera probar que podemos lograrlo.
Esta no pretende ser una teoría general sobre la suerte, es una aportación personal basada en mis observaciones, experiencias y una invitación a la reflexión.
Observación 1: El ser humano tiene la capacidad de elegir
Ante un hecho las personas podemos decidir qué tipo de pensamientos asociamos al mismo. Estos pensamientos pueden ser positivos (P), negativos (N) o neutros (0) y éstos desencadenan emociones y sentimientos correlacionados. Nosotros elegimos. Y puestos a elegir, ¿para qué elegir algo que no sea positivo? Seguramente necesitemos entrenar.
Para llegar a un estado en que elegimos pensamientos positivos, necesitaremos observar si uno es P, N o 0. Elija cada día y durante 30 días, 10 pensamiento–emociones y anote a cuál de las tres categorías pertenece. Obtendrá una muestra de 300 pensamientos. Obtenga el % de pensamientos positivos (P), todo lo que reste al 100% es margen de mejora.
Reflexione sobre cada elección y las posibilidades que habría tenido. Trate de notar cuál hubiese sido el pensamiento positivo, por qué no lo eligió y si la causa por la que no lo eligió es real o imaginaria. Sea sincero con usted mismo y empezará a descubrir sus creencias limitantes.
Observación 2: La suerte es relativa y depende de la percepción que tienen las personas sobre los hechos que les acaecen
Existen personas que eligen estar en “P”, que retan sus creencias limitantes. Estas personas comunican en positivo sus experiencias contribuyendo a que los demás tengan la percepción de que tienen suerte, como si la suerte don divino del que disfrutan unos privilegiados y no fruto de nuestras elecciones.
Observación 3: La diversidad de experiencias vitales contribuye a un mayor grado de suerte
Cuando las personas transitan por diversidad de experiencias vitales y se acompañan de observación y reflexión alimentan una herramienta muy poderosa que es la intuición. La intuición les ayuda a tomar mejores decisiones que a su vez alimentan un círculo virtuoso que hace que sean percibidos como personas con mucha suerte.
Viva, observe, reflexione y entrenará su intuición, y por ende su suerte.
Observación 4: Incluso en la situación más adversa, la suerte existe y puede materializarse.
Llegados a este punto, algunas personas me dirán que no, que hay personas que no tienen suerte, que sus vidas han sido extremadamente difíciles y la suerte no les ha acompañado.
Les invito a buscar modelos de referencia, otras personas en contextos enormemente difíciles, duros y complejos que no les han impedido pelear por lograr sus objetivos.
Creo sinceramente que la suerte es tener la capacidad de ser consciente de que es posible tener suerte o, en su defecto, alguien que te acompañe en el proceso.
Ana Pueyo Pons
Coach Ejecutivo-Organizativo Profesional