Durante muchos años he escuchado el mismo consejo cuando alguien se incorpora a una empresa o cambia su puesto de trabajo: “ Si te haces imprescindible no podrán despedirte”
Error, hoy en día está demostrado que eso no es así, por el contrario, esta mentalidad acarrea gran cantidad de problemas como, que poco a poco, vamos acaparando más tarea de la que podemos desarrollar, con el fin de no compartir la información que poseemos no sea que otro se nos adelante y nos quite el puesto. Debido al exceso de trabajo que acumulamos, bajamos nuestro rendimiento, nos estresamos y poco a poco iremos perdiendo la confianza de los que nos rodean y finalmente seremos poco operativos, por lo que, al contrario de lo que pensábamos, estamos generando oportunidades de despido.
A modo de evitar este tipo de problemas cuando nos encontramos con trabajadores en esta situación , propongo realizar reuniones frecuentes en las que se exponga la situación de cada proyecto, crear objetivos compartidos con otros departamentos para fomentar el intercambio de información. Procesos de formación para aprender a delegar o incluir a este perfil de trabajadores en procesos de mentoring donde han de desarrollar a otros mandos. A modo de cierre, creo que una de las formas más útiles de evitar estas situaciones es estableciendo un proceso de comunicación y seguimiento constante y accesible a todos.
Este último punto llevado a la práctica en un equipo de ventas por ejemplo, consistiría en saber en que fase de venta se encuentra cada cliente. De esta forma si por cualquier causa el comercial no puede atender al cliente, otra persona sabrá en que fase esta y lo que demanda. Para garantizar que el comercial compartirá la información, podemos, por ejemplo, mantener su comisión aun no siendo él quien finalmente haya cerrado la venta.
Así que recuerda, sólo no puedes, con ayuda sí.