
“‘NO PUEDO BUCEAR”
Cuando era pequeña veraneábamos casi siempre en Cullera y que yo recuerde no le tenía ni el más mínimo miedo al mar. Tanto es así que mis amigas se metían en el agua con flotador y yo consideraba a veces (cuando mi familia se despistaba) que no era necesario, sin saber nadar aún ninguna.
Hasta que llegó un día en el que había bandera amarilla y yo la valiente volví a hacer una de las mías y me metí en el agua sin flotador, aunque mis dos amigas sí lo llevaban.
El destino quiso que me metiera en un remolino, que no debía ser muy fuerte pero que para mi edad y tamaño era lo suficiente como para que no hiciera pie, me llevara la corriente y no me pudiera mantener agarrada a los flotadores de mis amigas. Y me hundía y hundía, salía de nuevo y cuando ya estaba agotada, llegó un punto en que me dejé llevar por la corriente hacia el fondo… pensé que me ahogaba, hasta que mi tía se dio cuenta que algo me pasaba y me sacó por los pelos, estando yo ya más para allá que para acá.
A partir de ese día sí le tengo respeto al mar, aunque no de forma exagerada.
He probado a desgranar mi creencia limitante producida por esa experiencia de pequeña y he intentado convertirla en una creencia opuesta potenciadora con pensamientos como:
- Solo me ocurrió una vez y fue porque no tomé las medidas de seguridad oportunas como ponerme el flotador.
- Si buceo voy a estar rodeada de personas expertas que a la más mínima me van ayudar a salir a la superficie.
¿Cómo puede mejorar mi vida aplicando esta creencia potenciadora? Teniendo en cuenta las cosas que me estoy perdiendo:
- Un mundo marino que tiene que ser maravilloso.
- Vivencias con mis amigos, que son auténticos enamorados del buceo.
- Viajes y sitios que deben ser impresionantes.
Todo ello me ha ayudado y ha hecho que haya intentado ya en una ocasión hacer el bautismo de buceo, que no pudo ser por malas condiciones del mar, y que no me rinda y vaya a tener muy pronto una segunda oportunidad, si no puede ser en el mar, aunque sea en una piscina. Si finalmente no soy capaz de superarlo, al menos me queda la seguridad de haberlo intentado.