Coaching y ACT

por: Pilar Utrilla

Coaching y Modelo Humanista / Psicología Positiva / ACT

 

He decidido basar mi reflexión/aportación en el Entrenamiento o Terapia de Aceptación y Compromiso (cuyo acrónimo es ACT. Leído “act”, no por siglas A-C-T). En mi caso, no sé si llamarlo aportación porque si algo he aprendido con la asunción y práctica de este modelo es que mis pacientes y clientes son capaces de absolutamente todo y que yo tan sólo los acompaño en su camino durante un período de tiempo, ayudándoles a “desempolvar”, desaprender, reaprender o adquirir nuevas herramientas. No los salvo ni los instruyo, no los formo, no les doy consejos y no les digo qué es lo correcto. De lo que sí estoy convencida es de que los aportes de todos ellos me mejoran como profesional y como persona. Por todo eso: MUCHAS GRACIAS.

Llegados a este punto, entiendo que penséis: “entonces, ¿a qué te dedicas? ¿Qué es lo que haces con tus clientes/pacientes? Mi resumen es el siguiente: los impulso a vivir la vida que ellos desean vivir (desde una perspectiva realista), comprometiéndose que las acciones que llevan hacia ella y aceptando el malestar que de manera inevitable surgirá en el camino. Y… ¿Cómo se consigue eso desde ACT? La respuesta es: de manera nada sencilla pero eficaz y absolutamente innovadora dentro de la psicología

En los abordajes clásicos recientes, se ha utilizado una herramienta muy potente en la modificación del comportamiento: la reestructuración cognitiva. Esta técnica, de manera simplificada, se basa en la detección de emociones y pensamientos surgidos ante una determinada situación y la modificación de estos pensamientos (generando alternativas más positivas o adaptativas), lo cual impacta en nuestra conducta y en la generación de nuevas emociones ante situaciones (futuras) similares a otras vividas en el pasado (modelo ABC de Ellis). De esta forma reducimos nuestro nivel de estrés y las disfunciones (físicas o mentales) asociadas al mismo, lo que hace posible una mejor adaptación al entorno.

No obstante esto no siempre funciona, e incluso el mismo intento de generar alternativas de pensamiento más positivas desemboca en la generación de emociones y conductas poco deseables o adaptativas. ¿Qué hacer en estos casos? Como práctica vanguardista dentro de la psicología y el coaching, y a su vez con un apoyo empírico abundante que sigue aumentando, el entrenamiento en ACT nos ofrece beneficios a largo plazo a partir del desarrollo de una actitud mental poderosa que nos permitirá responder con eficacia ante el miedo, la ansiedad y las dudas acerca de nosotros mismos. Para ello, esta práctica se asienta sobre tres pilares básicos:

 

  • Valores, entendidos como nuestros deseos más profundos en relación al modo en que queremos comportarnos como seres humanos. Éstos actuarán como una brújula para guiar, motivar e inspirar nuestro comportamiento.

 

  • Estar presente, basado en la observación de nuestros pensamientos permitiéndonos darnos cuenta de que tan sólo son hechos que ocurren en nuestra mente y que nosotros somos mucho más que éstos aunque a veces nos secuestren. El entrenamiento en ACT nos ayuda a separarnos de nuestros “pasajeros mentales”, permitiéndoles que vayan y vengan, y aceptar que nos acompañan en el camino sin necesidad de cambiarlos por otros más positivos o “echarlos” de nuestra mente.
  • Emociones, abriéndonos a ellas, validándolas sin permitirles que nos arrastren, intimiden o nos echen para atrás y decidiendo, eso sí, qué conducta ejecutar una vez aparecen.

Y un compromiso:

  • Compromiso de acción, que nos impulsa a llevar a cabo todas aquellas acciones que nos acercan a los seres humanos que queremos ser, cumpliendo a su vez, por qué no, los objetivos y metas asociados a ello.

La conjugación de todo ello da lugar a la flexibilidad psicológica o la capacidad de emprender una acción efectiva, guiada por valores, situándonos en el presente (aquí y ahora), con consciencia plena, apertura y foco que nos permitirá dejar de ser prisioneros de nuestro pensamiento, impulsándonos a seguir adelante sin bloqueos a pesar de las dificultades que puedan surgir en el trayecto. Esto nos permite vivir la vida y no “sobrevivirla”; nos permite zambullirnos en ella, no atravesarla de puntillas y, sobre todo: sentir la satisfacción de ser coherentes con nosotros mismos orientando nuestro pensamiento, emoción y conducta en una misma dirección sin tener que malgastar energía y desgastarnos en continuos esfuerzos por “volver al camino”.

 Pilar UPilar Utrillatrilla

Coach Ejecutivo-Organizativo Profesional

 

 

 

0 Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

By continuing to use the site, you agree to the use of cookies. more information

The cookie settings on this website are set to "allow cookies" to give you the best browsing experience possible. If you continue to use this website without changing your cookie settings or you click "Accept" below then you are consenting to this.

Close